¡Bienvenidos a Punto de Inspiración! Es una vista desde un lugar alto, que examina el corazón del Señor. Para la mayoría de nosotros, toda nuestra vida, estamos buscando dónde encajamos. Ahora que creemos que Jesús es el Señor, ya no cabemos en el mundo, entonces, ¿dónde encajamos?
En los últimos meses, de vez en cuando, he estado en una discusión sobre ser indiferente versus tener demasiada compasión. Muchas veces estaba fijando el medidor porque era indiferente, y me sentía culpable por ser indiferente, y me preguntaba por qué no me sentía mal por ser indiferente. Otras veces estaba fijando el medidor en compasión destructiva porque sabía que Dios era compasivo y yo también debería ser compasivo, pero no podía evitar convertirme en un verdadero cerebro de papilla, siendo absorbido por el torbellino descendente de ser comprensivo en lugar de empático.
Encontrar el punto medio en eso fue completamente una obra del Señor. No ser indiferente, mientras no se está enojado, y no ser excesivamente compasivo al mismo tiempo, es todo esto una cosa de Dios. Cuando mencioné el tema inicial de la indiferencia frente a ser compasivo con mi propia privación, creo que las ruedas metafóricas de mi avión estaban cortando las copas de los árboles, con las puntas de las alas raspando ocasionalmente el suelo. Si no estaba volando demasiado alto casi desmayándome por falta de oxígeno, estaba volando demasiado bajo cerca de un momento de choque, pero gracias a Jesús no sucedió y el Señor me niveló lo suficientemente pronto.
Supongo que el paracaídas en todo ese dilema era yo el que me estaba enfrentando… ¿Dónde estoy yo en todo esto, no dónde están otras personas en todo esto, sino dónde estoy yo? … y aprender a no estar enojado o indiferentes con el resto del mundo a causa de todas las cosas que en la relación de ellos con Dios no son. El Señor me recordó de nuevo, después de recordarme de nuevo, después de recordarme de nuevo que siempre habrá una larga fila de personas irritantes con la visión equivocada de casi todo, pero no tengo que seguir allí agonizando con ellos por el tormento y la aflicción que han generado para sí mismos, o que han comprado sin saberlo.
Me acuerdo de la historia que me contó un amigo mío llamado Wilson cuando estaba en prisión hace muchos años. Dijo que entregó su vida al Señor y de repente se despertó para ver la larga fila de personas que siempre querían meterlo en problemas, meterlo en peleas o venderle drogas. Dijo que clamaba a Dios y le pedía una y otra vez: Señor, por favor, quita de delante de mí la larga fila de personas difíciles. Dijo que un día especialmente angustioso, el Señor le dijo muy claramente: Wilson, siempre habrá una larga fila de ese tipo de personas, pero no tienes que seguir parado allí. Uffff.
Si no encajamos con el mundo, y el Señor nos ha llamado a salir de la religión y de la “iglesiologia”, ¿dónde encajamos? En el pasado, he estado abrumado día y noche en una oración hasta con llanto preguntándole al Señor dónde encajo. Su respuesta fue simple… “Encajas conmigo y yo te haré encajar donde necesitas que te ajusten”.
Piensa en el tiempo después de que el Señor vino a sanar a los enfermos e hizo que la salvación estuviera disponible para todos los que creyeran. Al final de las cosas, Dios habrá dado mucho tiempo para que el mundo se demuestre a sí mismo que nunca poseeremos justicia a través de la evolución y que Dios es el único que decide cuándo termina el final de una temporada y comienza una nueva. Estamos justo en el punto de inflexión de una gran transición, como está escrito en la Biblia. Isaías 61 y Apocalipsis 19 son dos pasajes que corren paralelos entre sí, ambos refiriéndose a la novia que se está preparando.
Imagínate, ahora mismo estamos en el probador de Dios probándonos nuestras prendas de boda, y estamos empezando a hacernos una idea, este no es un probador cualquiera.
No podemos elegir nuestro propio vestido de boda, eso es obra del Señor. Isaías 61:10, “Porque me ha vestido con vestiduras de salvación, me ha envuelto con un manto de justicia”. La forma del mundo de ajustar la vestimenta de boda es cortar o dejar salir algún material para que se ajuste al cuerpo de la novia. El camino del Señor es ajustar el cuerpo de la novia al único vestido de bodas, la justicia de Jesús en oposición a la justicia propia del hombre. Algunos de nosotros somos demasiado gordos, por lo que Él nos viste, añadiendo fragilidad, y algunos de nosotros somos demasiado delgados, por lo que Él nos edifica, añade fuerza, para que todos lleguemos al tamaño correcto, personal y colectivamente, como cuerpo. La justicia es del tamaño del vestido de boda, y solo viene en una talla.
Esto se refiere a un propósito, entre muchos, concerniente a la santificación como pasos hacia la madurez. Míralo desde otra dirección… en Apocalipsis el Señor es a la vez el León de Judá y el Cordero sin mancha que es el único capaz de abrir el rollo. Algunos de nosotros somos leones transformados en corderos como Pedro, y otros, somos como Gedeón, corderos a los que Dios transforma en leones. El Señor sabe exactamente cómo encajarnos en la justicia, Él sabe exactamente lo que necesitamos para que Él pueda presentarse la iglesia a Sí mismo en un resplandor majestuoso, sin suciedad, arruga o incluso mancha, para que seamos santos y sin mancha, tal como está escrito en Efesios 5:27. Ahí es como encajamos.
Junto con otras referencias a la fiesta de Dios y la invitación al matrimonio en los Evangelios, el Señor también tiene algo que decir a los invitados que intentan irrumpir en la fiesta sin el atuendo adecuado. la puerta está cerrada para ellos debido a la negativa a someterse a Su voluntad y valores.
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Soy Social Porter para el ministerio Viviendo en Su Nombre.
Traducción por Alfredo Milford Magni Sozzi