Intimidad con Dios
Acércate a Él y Él se acercará a ti. Pruébalo a Él.
Traducción por Alfredo Magni Sozzi
Fil 3:12 ” No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero”.
La meta espiritual de Pablo era “proseguir hacia la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo”. No se obsesionó con sus errores y fracasos. En cambio, solo le pidió a Dios que lo perdonara, y luego puso el pasado atrás, porque ahora estaban cubiertos por la sangre de Jesús. Mantuvo sus ojos en el premio, y fue por él. Ese es un gran ejemplo, pero siendo realistas, para muchos, es difícil de hacer… ya sabes… toda esa idea de “simplemente perdónate a ti mismo y sigue adelante”. Eso es ideal, pero a menudo nuestra familia y amigos, y especialmente el enemigo de nuestra alma, simplemente no nos dejarán olvidar nuestras tonterías del pasado. ¿Cuántas reuniones familiares terminan con risas y charlas sobre tonterías y cosas así? Así fueron las cosas o lo hizo, y cada vez que se revive la historia, se agrega algo más, volviéndose más y más vergonzoso, hasta que ya no quieres volver más.
¡Ve por ello! ¡Puedes hacerlo! ¡Yahweh está a nuestro favor!
El Espíritu Santo hizo un cambio tal en la vida de Pablo que en realidad vio su vida anterior como basura. Fil 3:7 “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por Cristo”, y v8, “…por quien lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.” Se sacó las “ropas de Yo sé” y se quitó los “zapatos de persona importante” y eligió la amistad y el afecto por Dios en lugar de hacerse un gran nombre y sentarse en espacios con aire acondicionado.
Nunca conoceremos la intimidad con Dios hasta que hagamos de la devoción a Jesús nuestro objetivo y enfoque central. No podemos tener intimidad con el Amante de Nuestras Almas si sólo sabemos de Él, dándole sólo nuestra ascensión mental. Cuanto más somos consumidos con la devoción a Él, más nos parecemos a Él, y cuanto más nos parecemos a Él, más maduramos en nuestro caminar como creyentes en el Hijo Unigénito de Dios. Cualquier cosa que nos distraiga de esta búsqueda es un obstáculo para nuestro desarrollo espiritual. Filipenses 3, en su conjunto, es un desafío audaz para cada uno de nosotros a convertirnos en personas conforme al corazón de Dios a través de una relación cada vez mayor con Jesús.
Deja que esto se te pegue: el logro personal nunca nos hará merecedores de una posición o madurez espiritual.
Ganar las tres “P”, Poder, Posición y Prestigio, no nos ganará a Cristo. Lograr títulos, calificaciones, grados o avales no nos ganará a Cristo. Debemos estar dispuestos a darlo todo, incluso nuestros propios sueños y metas personales en nuestra búsqueda de conocer a Dios, “… por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor…”. Como se mencionó antes, quítate la ropa de “yo sé” y los “zapatos de persona importante” y vete a estar entre la gente, viviendo la vida como el Señor te ha dado. No debemos retener nada mientras entregamos nuestros corazones para alcanzarlo. Como se ha dicho antes, Daniel 11:32b “… pero el pueblo que conoce a su Dios se fortalecerá y realizará grandes hazañas”. Si nos dedicamos a conocer al Señor, Él nos abrirá puertas asombrosas, porque esta búsqueda inquebrantable de intimidad con Dios a través de un conocimiento creciente del Señor es la verdadera marca de la madurez espiritual.
Fil 3:20 dice: “…nuestra ciudadanía está en los cielos…”, por tanto, no temamos al mundo ni a las cosas, principados o potestades que hay en él, sino pisemos las aguas, arriesgándonos con Dios, “…según la operación por la cual es poderoso aun para someter a sí mismo todas las cosas”.
Prometemos lealtad, al Señor, del Reino de los Cielos unificado, y a la teocracia, Un Rey, por la cual se erige, un Reino, bajo Dios, con libertad y justicia para todos.
Gracias por escuchar, soy Social Porter para el Ministerio Viviendo en Su Nombre.
Traducción por Alfredo Magni Sozzi