Misericordia y Perdón

Misericordia y Perdón

Conocí a un joven el otro día, cubierto de tatuajes, tranquilo, con una vida turbulenta y caótica… en problemas. En su cuello tenía las palabras “No Esperes Misericordia”. El tatuaje me recordó las palabras de alguien que lleva una ofensa interminable; alguien que posiblemente haya experimentado algún tipo de condenación de alguien importante en su vida en el pasado. Aprendió el estilo de vida de “Sin Misericordia” en alguna parte. Tal vez aprendió que nunca debe esperar misericordia para su vida, acciones o reacciones y, como resultado, no debe dar misericordia. ¿Dónde aprendemos estas cosas?

A veces nos tratamos bastante mal. Estoy agradecido, muy agradecido de que Dios Todopoderoso nos extienda misericordia. Empecé a pensar que si un hombre no conoce la misericordia, probablemente tampoco conozca el perdón. La palabra hebrea para misericordia denota la compasión de Dios que nos evita la destrucción o destinos tristes similares. Si Dios no nos extendiera misericordia y perdón a través de Cristo, todos estaríamos condenados desde antes de nacer, pero gracias a la misericordia de Dios, hay esperanza. Jesucristo dio Su vida y resucitó de entre los muertos por amor, y también por misericordia, por un mundo agonizante y sin esperanza de vida. Por la misericordia de Dios, a través del sacrificio de Jesucristo, “para que tengamos vida, y que ellos la tengan en abundancia”.

¿Estás ofendido? Las personas ofendidas tienen una postura de ojo por ojo, tienden a no tener piedad de sí mismos ni de los demás. Y lo que es peor, parecen ser buenos con andar ofendidos, día y noche. Tienden a ser personas enojadas, insatisfechas y sensibles, en general. Muchos de ellos parecen ser las personas más insultantes, degradantes, crudas y groseras que he conocido. Ni piensan en insultar a los demás y menospreciarlos, pero dígales algo sobre su actitud. Amigo, es mejor que tengas cuidado porque las personas ofendidas parecen listas para morder a cualquiera que los desafíe. Siempre tienen un gruñido en la garganta por algo. Creo queal final, se trata del ego, individualismo y un sentido de derecho.

¿Llevas las piedras de la ofensa para arrojaren tus bolsillos, esas piedras extra para tirar, útiles que se adaptan perfectamente a tus manos? ¿Nunca te has preguntado exactamente quién te ayudó a elegir esas piedras perfectas para lanzar? Bueno, no fue Dios, te lo aseguro.

Por increíble que parezca, la ofensa tiene facetas, a las que llamo “caras” y hay cuatro “caras” de la ofensa:

  1. Número de infracciones: Los hombres pueden perdonar algunos, pero no son propensos a perdonar con mucha repetición.
  2. Número de infractores: Los hombres pueden perdonar a uno oa unos pocos, pero cuanto mayor es el número de ofensores, menos inclinados están los hombres a perdonar.
  3. Tipo de infracción: Los hombres limitan el tipo de ofensas que perdonan, siempre que no les cueste mucho y sea para su beneficio.
  4. Grado de infracción: La gente perdonará una ofensa si es lo suficientemente pequeña como para no causar ningún daño a ellos mismos. Muchos parecen sentir que no les importa nada de lo que sucede, siempre y cuando no les suceda a ellos.

Y quiénes son los Amigos de la Ofensa: la amargura, la ira, la confusión, proyectar sombras y vilipendiar a los demás. Vienen de visita, pero luego no se van, y cuanto más se quedan, más se atrincheran. ¿Viven en tu casa? ¿Los invitaste un día cuando vinieron de visita, pero ahora no se van?

Efesios 4:31 “Quítense de vosotros toda amargura, ira, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”. En la traducción de la Biblia “El Mensaje”, Hebreos 12:15 señala que las semillas de la ofensa crecen, “malas hierbas de amargo descontento. Uno o dos cardos que echan semillas pueden arruinar todo un jardín en poco tiempo”. ¿Cómo crece tu jardín?

Las personas que cargan con una ofensa no conocen el perdón como Dios se lo ha extendido, y como resultado no hay mucha misericordia en ellos para ellos mismos ni para nadie más. Sin Misericordia, significa una vida predestinada a la condenación. Podemos apoyarnos en la misericordia o en la condenación, pero no puedes estar en ambos campos al mismo tiempo, la amargura te partirá por la mitad.

Quiero que todos sepamos que “Dios es pura misericordia y gracia; No se enoja fácilmente, es rico en amor. No reprocha y regaña sin cesar, ni guarda rencores para siempre. Él no nos trata como merecen nuestros pecados, ni nos paga por la totalidad de nuestros errores”. “Así que gracias a Dios por su maravilloso amor, por su misericordia milagrosa para con los niños que ama”. OH, cómo nos ama a ti y a mí.

Misericordia… eso suena como algo que quiero. ¿Y vos?

Gracias por escuchar, soy Social Porter para Living In HisNameMinistries.

Traducción por Alfredo MagniSozzi

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