Esclavitud – El Pato Blanco

Mi alarma estaba puesta para las 6:30am, estuve despierto de tanto en tanto durante la noche pero a las 6:30am estaba absolutamente muerto a este mundo. Asombrosamente, hubiera escuchado el “click” automático de la alarma comenzando, pero en ese instante en vez de un “click” de la alarma, escuche a un hombre comenzar a hablar en la radio, élestaba contando una historia, como si hubiera estado pregrabada para que comenzara sonar a las 6.30am. Exactamente a las 6.30, escuche al hombre comenzar a hablar diciendo:
“Había una vez un pequeño niño y una pequeña niña que vivian en un pueblo. Un día la mama vino y dijo que ella se iría y los dejaría con sus abuelos en la granja mientras ella y el papá se tomarían un breve tiempo para ellos. Los niños, por supuesto, estaban entusiasmados y pensaron que esto era algo maravilloso, después de todo, siempre era una aventura en la granja.
Ellos se quedaron la primera noche y se levantaron con las primeras luces. La niña se fue con la abuela y el niño con su abuelo. Lo primero que el abuelo hizo fue llevar al niño a su taller donde había hecho una honda a la antigua, usó un pedazo de árbol, un poco de una cámara que había cortado en tiras con su navaja, y un pedazo de cuero de un viejo zapato para la honda. El niño estaba asombrado de que su abuelo era muy inventivo y creativo, y no podía esperar para probarla. Esa mañana el niño fue por toda la granja juntando piedras del tamaño justo y apuntando a todo lo que su ojo podía ver. Pero, desafortunadamente, no le pegó a nada y se preguntó sobre el Rey David y sus habilidades con la honda.
Mientras el almuerzo se aproximaba la abuela llamo a los niños adentro para comer, y mientras el niño se acercaba a la puerta de atrás de la vieja casa de la granja, ahí en la puerta trasera estaba el pato blanco favorito de la abuela, solo – parado ahí. El pensó que, ya que no le había pegado a nada a lo que le había apuntado esa mañana, no tenia preocupaciones ni de pegarle cerca al pato. Mientras el dejaba que la piedra volara de la honda,vió la piedra ir derecho como una flecha hacia el pato y lo mató. Ni siquiera se movió. Bien muerto. Instantáneamenteel niño entro en pánico, rápidamente agarró al pato y corrió detrás de la pila de leña, llorando mientras amontonaba hojas sobre el cadáver tratando de cubrir esta cosa terrible. El sintió la presión de que alguien lo miraba yse volteó a ver y era su hermana, mirándolo con una pequeña picara sonrisa. Él le dijo, “Oh por favor, por favor, por favor no le cuentes a la abuela!. Yo hare cualquier cosa, pero por favor no le cuentes a la abuela!”. La hermana se dió cuenta de la oportunidad y con un aire de confianza aceptó.
Cuando entraron para almorzar la abuela le preguntó a la niña si la ayudaría a servir el almuerzo, y la niña dijo, “Bueno abuela, creo que Bobby preferiría hacerlo”. El niño aceptó entusiasmado y fue rápido a ayudar con el almuerzo. Después del almuerzo la abuela le preguntó a la hermana si ella ayudaría levantando las cosas del almuerzo y limpiando, a lo que la niña dijo, “Creo que Boby preferiría mucho hacerlo antes que ir afuera a jugar”. Y nuevamente, el niño acepto y fue a ayudar a la abuela. Esto pasó una y otra vez hasta la cena y la hora de dormir.
En la mañana la abuela llamó a los niños para desayunar. Mientras ellos venían a la cocina podían oler el café y la tocineta freírse, era delicioso para sus sentidos. La abuela le preguntó a la hermana del niño si ella ayudaría con el desayuno. Y, por supuesto, la niña dijo “Oh, estoy segura de queBobyquisiera ayudar en vez de mi”, pero en esta oportunidad el niño, quien, a estas alturas, estaba agotado por el peso de su secreto, se quebró y lloró amargamente diciendo entre su sollozo, “Oh abuela, lo siento mucho, mucho. Ayer fui por todos lados tirándole a todo con la honda que el abuelo me hizo y no le pegué a nada. Cuando nos llamaste para almorzar yo vi a tu pato blanco favorito en la puerta de atrás y estaba muy seguro de que ni siquiera le pegaría cerca, pero esa vez le pegué a lo que apunté, y lo maté. Lo sientomucho abuela!¡Siento mucho haber matado a tu pato favorito, no era mi intención!”
La abuela se agachó frente al niño y agarro la cara del niño con sus dos manos y lo miró con ojos de amable sabiduría y dijo, “Oh, yo lo sé. Yo estaba en la ventana de la cocina. Yo lo vi todo y te perdoné en el momento que eso pasó. Solo me estaba preguntando cuanto tiempo dejarías que tu hermana te haga esclavo de eso”.
Dios me ve. Siempre. No hay nada acerca de mi que Dios no vea. Nada. No hay nada que mis ojos vean que los ojos de Dios no vean, y no hay oscuridad tan profunda para ocultar mis obras de él. El me ve en mi mayor desnudez. El hasta sabe lo que pienso cuando soy másvulnerabley expuesto detrás de una puerta cerrada. El sabe.
El Señor me hizo una pregunta una vez, Él dijo, ¿“Tú sabes las cosas que haces en la oscuridad cuando piensas que nadie puede ver?¿Haces esas cosas porque no crees que Yo puedo verte, o lo haces porque no te importa que yo te vea?
¿Debajo de todo, es incredulidad o rebelión asombrosa? Dura pregunta esa. Ni quería responder porque todas mis respuestas no eran buenas…mmm, cual es la menor de las dos incomodas respuestas porque una de las dos, sino las ambas, son verdad. Así que, mientras tambaleaba tratando de no responder lo que debía ser respondido, de hecho, ya esta respondido por mi falta de respuesta, Dios me hace saber otra pregunta. “Si te he perdonado, echado tu pecado tan lejos como queda el este del oeste y ni me acuerdo más de ellos, ¿quién es el que te mantiene recordando de todas las cosas que siempre hiciste? Y cuánto tiempo vas a permitirle que te haga esclavo deeso?

En este día, te estoy haciendo la misma pregunta: Si Dios te ha perdonado, quien es el que te continúa recordando todas las cosas que hiciste, y cuanto tiempo vas a permitir que continúe haciéndote esclavo de eso?

Gracias por escuchar. Soy Social Porter con el Punto de Inspiración de hoy…puntos de gracia, inspiración e información de la Palabra de Dios. Es algo pequeño para ayudarte a direccionar tu día a Dios.

Traducción por Alfredo MagniSozzi

Leave a Reply